jueves, 1 de marzo de 2012

Sentido Profundo


Estamos empezando la Cuaresma. Para algunos, nada significa, su vida sigue igual. Para otros, es ocasión de carnavales previos, donde predominan excesos, inmoralidades, negocios, turismo, pero nada de revisar costumbres y actitudes, para resucitar con Cristo a una nueva forma de ser y de actuar.

Unas personas recuerdan tiempos idos, cuando los papás exigían a los hijos hacer algún sacrificio, como no comer golosinas, o ponerse una piedrita en el zapato. Se puede reducir este tiempo sólo a actividades exteriores, como tomar la ceniza, no comer carne los viernes, ayunar en miércoles de ceniza y viernes santo, dejar de comer pan o tortillas, no fumar o beber, abstenerse de alguna telenovela, etc. Esto vale y no es despreciable, pues Jesús pasó cuarenta días en el desierto en plan de austeridad, y estos sacrificios corporales son una forma de unirnos a la pasión redentora de Jesús y de aprender a dominar nuestro cuerpo, para vencer las tentaciones. Sin embargo, el tiempo de Cuaresma tiene un sentido más profundo.

La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinterés, que nacen del egoísmo, encubierto bajo la apariencia del respeto. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón.

La atención al otro conlleva desear el bien para él o para ella en todos los aspectos: físico, moral y espiritual. Interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no debe ser así. Nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social. La caridad para con los hermanos, una de cuyas expresiones es la limosna una típica práctica cuaresmal junto con la oración y el ayuno, radica en esta pertenencia común.

Tu Cuaresma, para que sea auténtica, te ha de impulsar a transfigurarte en Cristo. El se retira a la soledad del desierto, para comunicarse con su Padre. Apoyado en la Palabra de Dios, vence las tentaciones e inicia su servicio a los que sufren.

Haz el esfuerzo de privarte del ruido y de las distracciones que te enajenan, entra en ti y reflexiona en tu vida a la luz de la Biblia, sacrifica tu comer y beber, dedica tiempo a la oración, en tu casa o ante el Sagrario. Sobre todo, vence tus cadenas de pecado y haz algo o mucho por los demás, por tus familiares que sufren y por tantos pobres que esperan una mano cercana y un corazón generoso. Así, resucitarás y serás una persona transformada.

Dios con Ustedes

jueves, 2 de febrero de 2012

El Silencio


Nos encontramos en la cultura del ruido el silencio se ha convertido en un bien escaso, costoso y poco apreciado. El integrar silencio y palabra como elementos integrantes y necesarios en el anuncio de la Buena Noticia en la actual cultura.

La comunicación moderna está saturada de muchas palabras excesivas. El cruce de opiniones debe estar motivado por la búsqueda de la verdad y ello exige el silencio para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial. Por esto, es necesario crear un ambiente propicio, casi una especie de ecosistema que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos.

Eso mismo es necesario recuperarlo a nivel religioso y litúrgico. el mismo silencio es la mejor oración y el discurso más elocuente. Precisamente la comunicación más válida surge desde el silencio.

El silencio es concentración, inmersión en sí mismo, unificación de todos los niveles del ser, porque desde la dispersión de la propia persona no se puede decir nada que valga la pena. Hay un silencio vacío que dice ignorancia, aburrimiento, apatía, miedo, cobardía... Y hay un silencio fecundo que proclama presencia, apertura, paz, maduración, espera. De ahí, brota la verdadera comunicación tan necesaria en la sociedad de la Red. Pero también, en este preciso reencuentro con el silencio sonoro de la escucha, surge la experiencia íntima y personal que se llama oración, que no es otra cosa que entrar en comunicación con Dios.

El silencio no es sólo callar. No es pasividad, ni indiferencia o ausencia. No es un sedante psicológico. El silencio es presencia, acogida, atención, reflexión, resonancia, interiorización del Misterio, espacio de libertad para la actuación del Espíritu. Para descubrir la riqueza del silencio es necesario saber callar, saber escuchar, saber recogerse y hacer vacío, dejar que resuene interiormente.

Ahora bien, para orar no basta callar exteriormente. Es el silencio interior el que permite entrar en uno mismo, meditar, concentrarse, de modo que la voz del Espíritu pueda tener plena resonancia en nosotros. Es mayor estorbo el ruido interior que el exterior, porque sucede como al caminar: molestan más las piedras dentro del zapato que las del camino.


Tener opiniones sobre algo, no es lo mismo que expresar un pensamiento que requiere la simbiosis de silencio y palabra Así como, decir oraciones no es lo mismo que hacer oración. Sólo al que sabe callar le es posible escuchar la voz del otro y entablar un diálogo auténtico.

Moisés dijo al pueblo: Guarda silencio y escucha, Israel: y escucharás la voz del Señor tu Dios, Después del ajetreo de una salida apostólica, Jesús invitó a sus discípulos al retiro: Venid, vosotros solos, aparte, a un lugar solitario, y tomad un poco de reposo De esta contemplación nace con toda su fuerza interior la urgencia de la misión, la necesidad imperiosa de comunicar aquello que hemos visto y oído, de que Dios es amor y nos envió su Palabra de amor y nos sostiene en su Espíritu de amor.
Dios con Ustedes

domingo, 8 de enero de 2012

Hemos Venido Adorarte


Los caminos de Dios no son los de los hombres, esto se ha revelado de una manera inaudita en la encarnación del Verbo.





El nacimiento de Jesús es causa de alegría para unos y de preocupación para Herodes y las autoridades judías del momento. Vino a los suyos y estos no lo recibieron  serán unos gentiles (los Magos, Estos Personajes representan la ilusión y la generosidad) quienes los buscan, lo encuentran, lo adoran y le ofrecen sus dones.

Desde la Ilustración se viene profetizando la desaparición de la religión y más en concreto la disolución del catolicismo, ante los avances de la secularización, los adelantos de la ciencia y el poder de la técnica. El tiempo y los hechos están demostrando que estamos ante una pura fantasía. La religión vuelve a veces de forma inesperada, el catolicismo no va en detrimento, sino todo lo contrario, se ha convertido en la gran voz profética ante las naciones.

La secularización total equivaldría simplemente a la deshumanización. Tanto en el pasado como en la actualidad, los hombres siguen siendo buscadores de Dios como lo fueron los Magos.  

La historia de la Navidad fue una manifestación de Dios discreta, limitada a unos pocos, como  fueron  los pastores  y los sabios de Oriente. A menudo sucede que son los conversos y los inesperados, los que abren caminos nuevos y fecundos a la Iglesia y a la sociedad.

La celebración de la Epifanía de Dios a todos los pueblos Con esto, el discurso de Dios se hace accesible a cualquier ser humano, se han roto las barreras de la raza, nación, condición social o política. El Dios Humanado pertenece a todos, ha superado cualquier división, ha traído una misión universal de salvación para todos los hombres de buena voluntad.

¿Cómo vivir la existencia en actitud de éxodo como lo hicieron los Magos? ¿Cómo hallar entre tantos regalos al Regalo por excelencia que es Jesús? ¿Qué camino tomar? ¿El qué sugieren las pasiones o el qué indica la estrella que brilla en la conciencia?

Dios se revela a aquellos que lo buscan. Si dices no encontrar a Dios por ninguna parte, ¿no será que has perdido la capacidad de asombro y estás cómodamente instalado en ti mismo y prefieres adorar a otros dioses (Dioses del Siglo XXI) aparentemente menos exigentes que el nacido en Belén? La fe en Dios supone una opción clara hacia una Meta.

Es necesario que alcemos la mirada de lo puramente terrenal,  busquemos los bienes del cielo que son imperecederos, que poseen luces suficientes para iluminar el sendero verdadero, y dar respuesta satisfactoria a los anhelos del corazón humano. Porque como diría san Agustín: nos hiciste Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti . ¡Este fue el recorrido espiritual de los Magos!

Dios Con Ustedes

lunes, 8 de agosto de 2011

Dios y Mercadeo


            En un mundo de competitividad como el nuestro, puede resultar extraño ver a Dios que salta al mercado de las ofertas y pone precio. El Reino de Dios que Jesús ha ido explicando vale la pena venderlo todo para hacerse con un don tan preciado. Tan importante, tan absoluto es ese Reino que es más que todo lo que una persona pueda poseer. Jesús no estaba ante aquella gente, ante sus discípulos, tra­tando de venderles su novedad haciéndoles consideraciones pertinentes sobre la exce­lencia de su mercado, o indicándoles cuáles eran sus ventajas respecto a otros merca­deres. Más bien, el Señor se presenta con lo más y lo mejor, con lo que no tiene compe­tencia ni rival. De qué se trataba, pues, Cuál era la oferta de Jesús.
                
Se trataba de eso que de múltiples formas no ha hecho otra cosa que ofrecer, y explicar, e inaugurar: el Reino de Dios, el proyecto de su Padre, el plan de Dios sobre cada hombre y sobre toda la humanidad. Para esto vino Él: para decir a sus hermanos los hombres cuál era y cómo se andaba el camino de la felicidad bienaventurada. Porque en el empeño de ser felices, cuando los hombres han aspirado a ello al margen de Dios o incluso contra Él y a su despecho, el resultado es esa macabra retahíla de desmanes con los que los humanos han llenado demasiadas páginas de su historia: violencias, mentiras, injusticias, traiciones, muertes.
                 
El Reino es algo que tiene que ver con las exigencias de nuestro corazón, con las aspiraciones más nobles y los deseos más hondos del corazón humano. No obstante, y a pesar de la inmensa oferta de Dios, Él nos deja libres para que optemos. Es una vieja tentación la de ser independientes y autónomos respecto de Dios. Pero tras tanto esfuerzo, tanto pago, tanta cosa... no logramos alcanzar la dicha.
               
 En qué gastamos nuestro caudal de posibilidades, en dónde apostamos nuestro deseo de felicidad. Dios sale a nuestro paso y nos dice que Él tiene un plan, su Reino, por el que vale la pena arriesgarlo todo. Cuando alguna vez se ha entendido esto, cuando alguna vez se ha intentado, se comprende que Dios no juega con nosotros, que no se aprovecha de nuestra condición, sino que al venderlo todo para adquirir su tesoro escondido o su perla preciosa.

Dios con Ustedes

miércoles, 27 de julio de 2011

Jovenes de Hoy




Si hablamos de juventud hemos de profundizar en las actividades que realizan los jóvenes. A veces a los adultos se nos olvida que los jóvenes no usan del tiempo libre o de ocio como nosotros.

El uso de Internet, los estudios realizados nos muestran que su uso se dirige hacia la búsqueda de información para realizar trabajos de sus estudios, y al uso del email, el chat, y todas las redes sociales, preferentemente. Los juegos en red están pasando desde el ordenador a las consolas. También se usa masivamente el ordenador para ver películas y descargarse y oír música. Además está presente el uso de Internet para buscar información sobre temas de sexualidad; o los temas deportivos entre los varones, y las consultas en las chicas hacia las páginas de sociedad, apoyo emocional, belleza o dietética.

En definitiva, la juventud se muestra como juventud y sus prioridades son claras. Están aprendiendo a ser adultos e intentan responder a todos los cambios que están sufriendo del modo que mejor creen, atacan a los jóvenes sobre todo en los aspectos emotivos y de grupo, y muchísimo menos en los aspectos intelectuales y de ideales, aunque también se dan estos casos, pero mayoritariamente la potencial debilidad del joven medio está en lo grupal. El grupo y la socialización, el sentirse querido y aceptado es fundamental para el joven, que está cambiando rápidamente y está adaptándose a su nueva vida de adulto.

Si el joven no logra encontrar lo que demanda de manera natural, será fácilmente asaltado con la oferta de grupos sectarios que le ofrecerán un grupo de falsos amigos a los que agarrarse, o bien acudirá a refugiarse en el pensamiento mágico de la Nueva Era soñando ser un caballero o una princesa que la vida y el entorno le niegan de continuo, llegando quizás a enredarse en un vamos-a-probar algún recurso a la magia para que la suerte cambia a su favor.

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un encuentro de jóvenes con jóvenes, y eso es importante para ellos. Es bueno que los jóvenes se encuentren, que conozcan a otros jóvenes, con los que después seguirán manteniendo contacto  por Internet, chateando, escribiendo y compartiendo en las redes sociales... Es bueno que haya ambiente lúdico, festivo y musical, pues esto es de importancia absoluta para el joven. Música para jóvenes, festivales para jóvenes. Además ha de darse respuesta a lo que los jóvenes demandan, buscan, se preguntan, ansían, y hablarles sin tapujos, directamente, sin florituras, como hablan ellos, que lo entiendan.

Y por último, y modelando todo lo dicho en el anterior párrafo del que se nutre, sobre todo la JMJ es encuentro con Cristo, con Dios, con la Respuesta, pues Cristo es la Verdad, y en Él está todo consuelo, Él es quien nos entiende y comprende, quien comprende a los jóvenes; Dios se hizo hombre, y también fue un joven de Nazaret, sabe lo que es ser un joven. Y Dios quiere al joven como es, con locura, como nadie les ha amado ni nadie les amará jamás, tal y como es, sin mirar si se acerca más o menos a un ídolo de la música, del deporte o de la televisión, o si tiene las perfecciones anatómicas que consigue el Photoshop.

Dios con Ustedes

domingo, 17 de julio de 2011

Cristo Luz del Mundo


Puede haber situaciones y circunstancias que nos muevan y confundan e incluso provoquen que nos preguntemos:

¿Estoy haciendo bien mi trabajo?

¿Tiene sentido seguir afanándome en lo que pretendo?

Con estas preguntas yo encuentro la respuesta en quien dijo: Yo soy la Luz del mundo, y también dijo Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Esta persona se llama Jesús.

Para mí estar con Cristo, ser de Cristo, vivir para Cristo y que los demás así también lo sientan y lo vivan, es algo esencial. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.

Cristo es la novedad del amor de Dios y que define la historia humana en antes y después de Cristo. Todo tiene su centro en Cristo. Todo anuncia y prepara la llegada de Cristo. Todo se renueva y recupera en Cristo. Todo prolonga la misión de Cristo.

Cristo es la Palabra eterna que Dios Padre ha pronunciado de una vez para siempre y se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre ha crecido en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y ante los hombres.

Soy de Cristo no por tradición o por imposición, sino por fascinación. Cristo llena mi vida. Pero también me compromete, porque su misión lo lleva a la cruz, cuando Cristo, que es la Palabra eterna del Padre, Cristo, Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada, es Señor de todas las cosas; él es el Vencedor, y ha recapitulado en sí para siempre todas las cosas. Decidirme por Cristo me lleva a asumir la cruz, pero también a entrar con gozo en la experiencia de la resurrección.

Decido seguir perteneciendo a Cristo, anunciarlo, vivirlo, celebrarlo, servirlo en las muchas formas, lugares y personas que me hacen encontrarme con él. Cristo lo ha dicho, si creo en él no quedaré defraudado. Invito a ustedes a vivir esta fascinación por Cristo.

Dios con Ustedes

viernes, 15 de julio de 2011

Actualidad y Santidad


Cuántas veces has escuchado que el Evangelio es Buena Noticia.

La buena noticia nos lleva siempre a la esperanza, a la alegría, a vivir valientemente y con coraje en medio de las dificultades de este mundo. La mala noticia nos lleva a la desesperanza, a la tristeza, a la angustia y las dificultades que tenemos en la vida se agudizan aún más.

Un santo siempre es un hombre o una mujer de las bienaventuranzas, de la felicidad y la alegría sobre esta tierra, a pesar de las dificultades o de las persecuciones.

Las generaciones jóvenes: están viviendo situaciones que no son nada fáciles en este momento histórico y, precisamente por ello, se necesitan santos del Evangelio. En estos momentos, tenemos el deber de trabajar con y por la juventud, pero no de cualquier manera, sino siendo testigos fuertes del Evangelio para que marquen direcciones y sentido en sus vidas. Pidamos al Señor que nos dé vocaciones de santos del Evangelio con capacidad de liderazgo, convivencia y comunicación con estas generaciones que tanto nos tienen que decir.

Ir a aquellos que están sin protagonismo, sin medios de información y de comunicación. Los marginados pueden venir por razones de edad, de condición Social, de saberes, de falta de respeto a la vida desde el inicio de la misma hasta su final, de enfermedad, de vejez, de no reconocimiento de la dignidad de la persona, del matrimonio, de la familia. El Evangelio tiene que presentarse en este mundo como potencia de Dios, haciendo presente su misericordia por medio de manos fraternas y de corazón también misericordioso. Hombres y mujeres en el mundo de la inteligencia para hablar del hombre como realidad suprema y para hablar de Dios como Dios, con razón y sabiduría.

Hay que mostrar con valor que creer no es la alternativa a pensar, sino que, justamente, la fe es la expresión suprema de una pasión por la verdad, de la búsqueda de la raíz de todo lo que existe, de no contentarnos con la superficie de las cosas. Creer también, entre otras cosas, nos lleva siempre a pensar, y a definir que Dios es Unico.

Dios con Ustedes