domingo, 8 de enero de 2012

Hemos Venido Adorarte


Los caminos de Dios no son los de los hombres, esto se ha revelado de una manera inaudita en la encarnación del Verbo.





El nacimiento de Jesús es causa de alegría para unos y de preocupación para Herodes y las autoridades judías del momento. Vino a los suyos y estos no lo recibieron  serán unos gentiles (los Magos, Estos Personajes representan la ilusión y la generosidad) quienes los buscan, lo encuentran, lo adoran y le ofrecen sus dones.

Desde la Ilustración se viene profetizando la desaparición de la religión y más en concreto la disolución del catolicismo, ante los avances de la secularización, los adelantos de la ciencia y el poder de la técnica. El tiempo y los hechos están demostrando que estamos ante una pura fantasía. La religión vuelve a veces de forma inesperada, el catolicismo no va en detrimento, sino todo lo contrario, se ha convertido en la gran voz profética ante las naciones.

La secularización total equivaldría simplemente a la deshumanización. Tanto en el pasado como en la actualidad, los hombres siguen siendo buscadores de Dios como lo fueron los Magos.  

La historia de la Navidad fue una manifestación de Dios discreta, limitada a unos pocos, como  fueron  los pastores  y los sabios de Oriente. A menudo sucede que son los conversos y los inesperados, los que abren caminos nuevos y fecundos a la Iglesia y a la sociedad.

La celebración de la Epifanía de Dios a todos los pueblos Con esto, el discurso de Dios se hace accesible a cualquier ser humano, se han roto las barreras de la raza, nación, condición social o política. El Dios Humanado pertenece a todos, ha superado cualquier división, ha traído una misión universal de salvación para todos los hombres de buena voluntad.

¿Cómo vivir la existencia en actitud de éxodo como lo hicieron los Magos? ¿Cómo hallar entre tantos regalos al Regalo por excelencia que es Jesús? ¿Qué camino tomar? ¿El qué sugieren las pasiones o el qué indica la estrella que brilla en la conciencia?

Dios se revela a aquellos que lo buscan. Si dices no encontrar a Dios por ninguna parte, ¿no será que has perdido la capacidad de asombro y estás cómodamente instalado en ti mismo y prefieres adorar a otros dioses (Dioses del Siglo XXI) aparentemente menos exigentes que el nacido en Belén? La fe en Dios supone una opción clara hacia una Meta.

Es necesario que alcemos la mirada de lo puramente terrenal,  busquemos los bienes del cielo que son imperecederos, que poseen luces suficientes para iluminar el sendero verdadero, y dar respuesta satisfactoria a los anhelos del corazón humano. Porque como diría san Agustín: nos hiciste Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti . ¡Este fue el recorrido espiritual de los Magos!

Dios Con Ustedes

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