martes, 27 de julio de 2010

El trabajo es para el hombre, no al revés.


El trabajo es un medio querido por Dios para el hombre, no un fin en sí mismo.

La realidad del trabajo, es un aspecto importante de la existencia humana, está situada hoy en el centro de cambios rápidos y complejos.

la Biblia muestra que el trabajo pertenece a la condición originaria del hombre, que forma parte del plan divino; igualmente el Hijo de Dios se dedicó durante muchos años a él.

La Iglesia siempre ha mostrado, especialmente en el último siglo, atención y solicitud por este ámbito de la sociedad, como testimonian las numerosas intervenciones sociales del Magisterio y la acción de múltiples asociaciones de inspiración cristiana.

Y es que el trabajo reviste importancia primaria para la realización del hombre y para el desarrollo de la sociedad. Por eso, es necesario que el trabajo se organice y desarrolle siempre en el pleno respeto de la dignidad humana y al servicio del bien común.

Al mismo tiempo, es indispensable que el hombre no se deje someter por el trabajo, que no se idolatre, pretendiendo hallar en él el sentido último y definitivo de la vida. La enseñanza bíblica sobre el trabajo halla su coronación en el mandamiento del descanso.

De ahí que haya un día santificado esto es, consagrado a Dios, en el que el hombre comprende mejor el sentido de su existencia y también de la actividad laboral.

Ésta debe servir al verdadero bien de la humanidad, permitiendo al hombre, como individuo y como miembro de la sociedad, cultivar y realizar íntegramente su plena vocación. Para que ello sea posible, la necesidad de vivir una espiritualidad que ayude a los creyentes a santificarse a través del propio trabajo.

Y esto imitando a San José, que cada día tuvo que proveer a las necesidades de la Sagrada Familia con sus manos y a quien por ello la Iglesia señala como patrono de los trabajadores. Su testimonio muestra que el hombre es sujeto y protagonista del trabajo.

Es modelo para que los cristianos aprendan a testimoniar en todo ámbito laboral el amor de Cristo, fuente de solidaridad verdadera y de paz estable.

Dios Con Ustedes

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