sábado, 28 de agosto de 2010

La iglesia en el mundo Digital


Los nuevos medios de la comunicación social al servicio de la palabra.


Hay mucho que se puede hablar de los nuevos medio pero hay que enfatizar el ámbito de los new media, como un campo abierto a la evangelización y a la presencia en modo particular de los sacerdotes y los laicos. Creo pues que nuevamente lleva a la cátedra del ámbito eclesial un tema que correría el riesgo de ser dejado a espacios solamente de profundización tecnológica, antropológica e incluso sólo sociológica. En cambio, vemos que es un lugar de encuentro con el Evangelio.

Con esta tecnología se acerca la oración y la liturgia a los jóvenes. A personas de 30 ó 40 años profesionales y profesores que ven la oración como algo plausible y asequible y no como algo relegado sólo al ámbito clerical. Porque esta no es la oración de los sacerdotes sino de toda la Iglesia.

Lo importante es balancear el uso de estos instrumentos a través de la fuerte espiritualidad y la fe profunda, con hábitos como la participación en la propia parroquia y la vivencia de la liturgia en modo que se pueda de verdad vivir a través de estos instrumentos la prospectiva de la fe, que no es nunca una prospectiva individualista sino eclesial.

Hay quienes tienen miedo que los libros de oración puedan desaparecer. Creo que el papel está lejos de terminar, aunque seamos testigos de tantos cambios tecnológicos y tengamos la suerte de comunicar tantas cosas. Pero nada reemplaza el sentido del tacto. Nuestros sentimientos y expresan de una manera diferente con el papel o el teléfono. Por ello creo que seguirá usándose el papel y creo que de todas maneras hay que dar paso al uso de este instrumento para la llamada generación digital, sabemos que este término es una abstracción porque los llamamos digitales pero el ser humano no es digital, es analógico y lo será siempre. Es obvio que todo será filtrado de una nueva sensibilidad que es hecha de sentido, de sentidos, de analógicos, de contar historias y sueños. Las cosas que forman nuestra espiritualidad y nuestra humanidad.

La síntesis entre Iglesia y cibernauta se encuentra y se encontrará diariamente en nuestro corazón. Si yo soy un verdadero laico, puedo serlo con un teléfono en mano, con una Biblia en la otra y puedo serlo con un periódico bajo el brazo porque no serán estos instrumentos los que hablen solos sino nuestra fe que es hecha de carne y que habla a la carne por ello mi carne será la verdadera síntesis.

Debemos formarnos desde el punto de vista espiritual y luego tecnológico y práctico para poder utilizar bien estos recursos.

Dios con Ustedes

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